En los últimos años y particularmente hasta el año 2016 se han permitido más ensayos para probar los efectos de sustancias anteriormente prohibidas como reemplazo o medicamentos alternativos para diversas enfermedades o condiciones. Los ensayos más notables han sido los que estudian los efectos medicinales de la marijuana para tratar condiciones múltiples, incluyendo dolor y ansiedad. Pero ahora más estudios están comenzando a estudiar las sustancias psicodélicas como tratamientos para varias cosas, y hasta ahora las pruebas parecen ir bien.

El primero de estos posibles usos es el estudio que del contenido de psilocibina en los hongos como tratamiento para la depresión. Se cree que el tratamiento funciona en dosis bajas, en cuestión de uno o dos tratamientos y ha demostrado un efecto duradero de hasta ocho meses. La sustancia está siendo monitoreada en pruebas como ésta y actualmente no se ha encontrado que tenga cualidades adictivas, sin embargo, funciona al proporcionarle al paciente efectos de alteración de la conciencia. El tratamiento ha pretendido mostrar una mejoría en pacientes con cáncer con depresión, al llevarlos a experiencias espirituales que mejoraron sus estados de ánimo y cambió sus perspectivas sobre la vida, mejorando su calidad y con mejores actitudes hacia la muerte.

Otro ejemplo es el estudio para el uso de MDMA para el tratamiento del PSTD (Trastorno del Estrés Post-Traumático). Se afirma que la administración de pequeñas dosis de MDMA con terapia mejora los síntomas e incluso ayuda a eliminar el diagnóstico de pacientes con PSTD. En los estudios, el MDMA disminuye el miedo y la defensividad y promueve la producción de oxitocina y prolactina, que son hormonas asociadas con la confianza y la creación de lazos sentimentales. Esta disminución en la sensación de miedo junto con un aumento de la autoconfianza les permite a los pacientes discutir sus recuerdos traumáticos abiertamente sin miedo. Sin embargo, no se cree que la administración de MDMA sea la cura por sí sola y se administra durante un curso de muchos meses para garantizar que el paciente tenga tiempo de discutir abierta y completamente sus recuerdos dolorosos. No se ha encontrado que tenga ningún efecto negativo en las funciones cognitivas del paciente y ha demostrado beneficios persistentes después de que el tratamiento ha concluido.

Un estudio que es mucho menos probado y mucho reciente es el uso de sustancias psicodélicas para el tratamiento de la adicción a la nicotina. El tratamiento se lleva a cabo a lo largo de múltiples sesiones largas durante muchos meses, que implican una administración cuidadosamente controlada y controlada de psilocibina, junto a sesiones de reflexión y terapia cognitivo-conductual. El tratamiento funciona de manera diferente a los tratamientos actuales para la adicción a la nicotina, ya que no funciona mediante el inicio de una reacción con los receptores de nicotina, sino que más bien utiliza la psilocibina como una forma de inducir la autorreflexión y la motivación para que los pacientes hagan un cambio. La terapia para hablar y evaluar los antojos del paciente pueden ayudar a romper su patrón adictivo. Este tratamiento no está garantizado de que funcione, ya que se basa en gran medida en la autorreflexión, pero hasta ahora se ha demostrado ser más eficaz que los actuales tratamientos de adicción a la nicotina, y también tiene efectos positivos sobre el paciente, incluso una vez que han pasado los efectos del medicamento.

Por supuesto, con estos tratamientos experimentales siempre hay riesgos, y con las dosis controladas y la terapia implicada, las personas y las empresas que apoyan esta investigación están haciendo hincapié en que estos no son tratamientos caseros sin una adecuada supervisión médica o profesional. Esto se debe a que los tratamientos podrían no funcionar y podrían causar daño si la persona toma la dosis equivocada, o si se administra incorrectamente.